lunes, 2 de junio de 2008


El número de bicicletas que cada día salen a nuestras calles y carreteras va en aumento. Existe un número de ciclistas potenciales aún mucho mayor, pero se ve frenado por la falta de seguridad que rodea al mundo de la bicicleta.Por esa razón, cuando se utiliza la bicicleta ya sea como deporte, como paseo o como medio de transporte cotidiano, es fundamental adquirir aquellos conocimientos, hábitos y actitudes básicas para circular correctamente por las vías.Los ciclistas deben ser conscientes de los riesgos y peligros que corren como conductores de un vehículo relativamente lento, poco visible y vulnerable si lo comparamos con el resto de vehículos a motor que circulan por las vías públicas. Sin embargo, esto no debe ser motivo para no utilizar la bicicleta, pues es un vehículo divertido, que nos permite recorrer muchos lugares donde encontrar la aventura y la emoción, que mejora la salud mediante el ejercicio físico y que es respetuoso con el medio ambiente. La seguridad del ciclista dependerá fundamentalmente del estado y las características de la vía por donde transite (buen firme, visibilidad, segregación del tráfico…) y del comportamiento de los automovilistas; pero también de las capacidades físicas del propio ciclista, de su control o dominio de la bicicleta (la técnica) del conocimiento de los posibles conflictos o peligros que pueden presentarse al circular (la teórica) y su experiencia (conducta de anticipación).Por tanto, se hace necesaria una Educación Vial que forme en materia de seguridad vial y en la creación de hábitos y actitudes positivas de convivencia, de respeto entre todos, de calidad de vida y calidad medioambiental.Desde la Comisión por la Seguridad Vial de la Federación de Ciclismo de la Comunidad Valenciana, y con la colaboración de la Conselleria de Educación, Cultura y Deporte de la Generalitat Valenciana, pretendemos proporcionar toda aquella información, consejos, asesoramiento y propuestas para aumentar la Educación y la Seguridad Vial de todos los ciclistas, especialmente a niños y jóvenes que empiezan a utilizar la bicicleta. Sin olvidarnos del papel fundamental que pueden desempeñar los padres y los educadores en esta labor formativa y educativa.

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